Ormond Beach, FL (Estados Unidos), Noviembre 2008
A continuación presentamos una historia que comparte uno de nuestros lectores.
Mi llegada a los Estados Unidos fue en 1991. Tuve que huir de mi país natal (Perú) pues mis hijas eran víctima de la violencia sexual que ejercía su propio padre, mi esposo contra ellas. Actualmente tengo tres hijos, el último de ellos es ciudadano estadounidense.
Mi vida fue muy difícil en este país en los primeros años, pero nunca se quebrantó mi espíritu y con la ayuda de mis propios hijos logramos salir adelante. Apliqué al asilo, pero me lo negaron, ni siquiera el oficial de inmigración me dejó hablar, él me dijo que en Perú ya no había problemas y podía regresar.
Cuando recibí la carta de deportación lloré mucho, tenía mucho miedo y pensaba que era muy injusto para mí, así que decidí buscar asesoría con un abogado de inmigración. Finalmente la encontré, ella me ayudó mucho a creer de nuevo en la justicia del hombre.
Recuerdo el día del juicio, el juez me habló y me preguntó mucho sobre mi familia, y sobre el abuso que mi esposo cometió. Pienso que muchos ángeles estaban alrededor del señor juez, porque me inspiró mucha confianza y pude hablar con él sobre todo el problema y de nuestra huida a este país.
Conseguí mi Green Card en el 2000, fue un júbilo, más para mis hijos porque ellos son muy buenos y siempre me han ayudado con su amor.
Toda mi vida parecía haber cambiado para bien, pero empecé a sentir mucho dolor y depresión, visité doctores y todo seguía igual, los doctores dicen que tengo artritis y reuma.
Estoy sin trabajar desde Marzo, estoy perdiendo el carro, mi crédito ya está deshecho y en momento de depresión, angustia y locura robé en dos tiendas, en los meses de Junio y Julio respectivamente. La segunda vez me arrestaron y pagué mi error, pero ahora que apliqué a la ciudadanía tengo mucho miedo de que me deporten, porque sé que mis acciones en un momento de pánico o locura pueden afectar el proceso… solo me queda esperar la decisión del oficial de inmigración pues inclusive le comenté de mi arresto…