Un memorando del ICE que se filtró esta semana ordena a la agencia que elabore planes para arrestar y deportar a los niños que ingresaron al país sin sus padres. Según se informa, los planes de deportación se centran en los niños con órdenes de deportación, incluidos decenas de miles de casos en los que se ordenó la deportación de un niño únicamente por no haber comparecido ante el tribunal. El plan también incluye la introducción de cargos de deportación en el tribunal de inmigración contra los niños que aún no tienen órdenes de deportación.
El plan de deportación masiva de niños del ICE presumiblemente se basará en parte en los registros de la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR), la agencia encargada de cuidar a los menores no acompañados y entregarlos a los patrocinadores, muchos de los cuales son padres u otros familiares. El Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Salud y Servicios Humanos han restablecido políticas de la primera administración Trump, incluida la de permitir que el ICE acceda a la base de datos de la ORR con información sobre los niños no acompañados y sus patrocinadores. Las agencias también exigirán la toma de huellas dactilares de todos los adultos, no solo de los patrocinadores, en cualquier hogar donde se libere a un niño.
Políticas similares bajo la administración anterior de Trump fueron impugnadas en los tribunales porque disuadían a los patrocinadores de presentarse para cuidar a los niños por temor a que al hacerlo los someterían a la aplicación de las leyes de inmigración. Esto llevó a que los niños fueran detenidos durante períodos más largos, a expensas de su bienestar. El uso de los datos de la ORR por parte del ICE para fines de aplicación de las leyes volverá a disuadir a los patrocinadores de presentarse para cuidar a los niños por temor a quedar atrapados en la redada del ICE.
La supuesta justificación de la administración para tratar de deportar a los niños es asegurarse de que no sean víctimas de trata de personas u otra explotación. Pero apuntar a los niños, incluidos los muy pequeños, para arrestarlos y deportarlos cambiará sus vidas y hará poco para combatir la trata y la explotación infantil. El hecho de que un niño no se presente a una audiencia en un tribunal de inmigración no es, en sí mismo, una indicación de que ha sido víctima de trata. Es mucho más probable que sea una señal de que no tiene un abogado. Si la administración realmente se preocupa por la trata de niños migrantes, debería perseguir a los traficantes, no a los niños.
Los planes de deportación masiva de la administración Trump también suponen un desastre para millones de otros niños. Los niños inmigrantes que se encuentran legalmente en el país, así como los 5,5 millones de niños nacidos en Estados Unidos que viven en hogares con al menos un residente indocumentado, también corren el riesgo de sufrir la separación familiar y otros traumas.