En las últimas semanas, Estados Unidos ha sido escenario de múltiples protestas en diversas ciudades, manifestando el descontento de la población ante las recientes políticas migratorias implementadas por la administración del presidente Donald Trump. Estas medidas, que incluyen deportaciones masivas y restricciones a solicitantes de asilo, han generado una respuesta significativa de distintos sectores de la sociedad.
Ubicaciones de las protestas
Las manifestaciones se han llevado a cabo en varias ciudades del país:
- Austin, Texas: Manifestantes marcharon por el centro de la ciudad en oposición a las políticas migratorias.
- Atlanta, Georgia: Se congregaron en el Parque Olímpico Centenario antes de iniciar una marcha.
- Los Ángeles, California: Miles de personas protestaron en las calles contra las medidas de deportación.
- Charleston, Carolina del Sur: Se registraron manifestaciones que resultaron en la detención de siete personas por reunirse sin permiso.
- Pflugerville, Texas: Decenas de personas protestaron frente a una posible instalación del ICE.
Entidades involucradas
Diversas organizaciones y grupos han participado activamente en estas protestas:
- Líderes religiosos: Rabinos, imanes, pastores evangélicos, monjes budistas, sacerdotes católicos, protestantes y bautistas se unieron en Washington D.C. para criticar las políticas migratorias y los recortes presupuestarios que afectan a los más necesitados.
- Federación Hispana: Liderada por Frankie Miranda, ha denunciado las políticas que afectan negativamente a la comunidad latina y ha destacado el arrepentimiento de algunos votantes de Trump debido a estas medidas.
- Grupos religiosos cristianos y judíos: Más de dos docenas de organizaciones han presentado una demanda federal contra las detenciones de migrantes en lugares de culto, argumentando que violan la Primera Enmienda de la Constitución.
- Defensores de derechos civiles: Organizaciones en Houston están ofreciendo asesoría a inmigrantes sobre sus derechos y preparándolos ante posibles deportaciones.
Estas protestas reflejan la creciente preocupación y oposición de diversos sectores de la sociedad estadounidense frente a las políticas migratorias actuales, evidenciando un llamado a la revisión y reconsideración de las mismas.
