Los Ángeles, la segunda ciudad más poblada de Estados Unidos, en un histórico paso hacia la protección de los inmigrantes aprobó por parte del Concejo Municipal una ordenanza que declara a esta ciudad californiana como “ciudad santuario" para inmigrantes, en anticipación a la promesa del presidente electo de Estados Unidos Donald Trump, de efectuar deportaciones masivas. Esta designación subraya su compromiso con la protección y el apoyo a las comunidades inmigrantes, en un contexto nacional marcado por tensiones sobre políticas migratorias.
De forma unánime, el concejo municipal aprobó el martes 19 de noviembre la ordenanza mediante la cual prohíbe la colaboración de la Policía local con las autoridades federales migratorias, y tras haber avanzado un borrador un año atrás.
¿Qué significa ser una ciudad santuario?
El término "ciudad santuario" hace referencia a una jurisdicción que adopta políticas para limitar su cooperación con las autoridades federales de inmigración. Estas políticas tienen como objetivo proteger a los inmigrantes indocumentados al evitar que sean entregados a las autoridades de inmigración para su deportación, salvo en casos específicos, como cuando han cometido delitos graves.
En Los Ángeles, estas políticas están respaldadas por medidas como:
- Prohibiciones a las detenciones prolongadas: Las agencias locales, como el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), no detienen a personas exclusivamente por su estatus migratorio.
- Acceso igualitario a servicios públicos: La ciudad garantiza que los inmigrantes, independientemente de su estatus legal, puedan acceder a servicios como atención médica, educación y vivienda.
- Protección de la privacidad: Se limita la recopilación y el intercambio de información migratoria con las autoridades federales.
- Crear un ambiente de confianza: La ciudad trabajará para crear un ambiente de confianza en el que los inmigrantes puedan sentirse seguros y participar plenamente en la vida comunitaria.
- Limitar la cooperación con las autoridades federales de inmigración: La ciudad restringirá la colaboración con agencias federales como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en asuntos de inmigración, a menos que sea requerido por la ley federal.
Un compromiso histórico
Desde hace décadas, Los Ángeles ha sido un refugio para comunidades inmigrantes de todo el mundo. La ciudad es hogar de una de las poblaciones más diversas del planeta, con residentes provenientes de México, Centroamérica, Asia, Medio Oriente y muchas otras regiones. Este mosaico cultural ha moldeado la identidad de la urbe y su economía, donde los inmigrantes desempeñan un papel crucial en sectores como la construcción, los servicios y el entretenimiento.
El compromiso formal de Los Ángeles como ciudad santuario se consolidó en 1979, cuando el LAPD emitió la Orden Especial 40, que prohíbe a los oficiales detener o interrogar a las personas únicamente para determinar su estatus migratorio. Este enfoque se ha reforzado con el tiempo a través de leyes estatales, como la Ley de Valores de California (SB 54), que limita aún más la colaboración entre las fuerzas del orden locales y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Los desafíos y críticas
Si bien la designación de ciudad santuario ha sido celebrada por defensores de los derechos de los inmigrantes, también ha generado críticas. Algunos argumentan que estas políticas pueden dificultar la aplicación de la ley y poner en riesgo la seguridad pública, aunque estudios han demostrado que las ciudades santuario no experimentan un aumento en la criminalidad en comparación con otras.
Además, las tensiones entre Los Ángeles y las administraciones federales, particularmente durante el gobierno de Donald Trump, han sido significativas. La amenaza de recortes de fondos federales a las ciudades santuario fue un punto de fricción constante. Sin embargo, Los Ángeles ha mantenido su postura, argumentando que estas políticas fomentan la confianza entre las comunidades inmigrantes y las fuerzas del orden.
El electo presidente Donald Trump ha nombrado a Tom Homan, con décadas de experiencia en el cumplimiento de las leyes de inmigración, como "zar de la frontera" y responsable de implementar las deportaciones masivas.
Homan ha criticado en el pasado a las denominadas 'ciudades santuario' y en especial a California por aprobar la Ley Santuario de Inmigrantes de California (SB54), que prohíbe a las agencias del orden, estatales y locales, investigar, interrogar o detener y detectar a personas para cumplir con las leyes de inmigración.
Un modelo de inclusión
En la actualidad, Los Ángeles continúa siendo un faro de esperanza para millones de inmigrantes. Organizaciones comunitarias, líderes religiosos y grupos de derechos civiles trabajan juntos para garantizar que los inmigrantes puedan vivir y prosperar sin temor a la deportación.
En el corazón de estas políticas está el reconocimiento de que los inmigrantes son una parte integral del tejido social y económico de la ciudad. Para Los Ángeles, ser una ciudad santuario no solo es una postura política, sino una declaración de valores: solidaridad, inclusión y respeto por la dignidad humana.
Independientemente de las opiniones, la declaración de Los Ángeles como ciudad santuario es un paso importante hacia la construcción de una sociedad más justa y compasiva para todos.