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Encuentro inesperado entre Juan y las luces en el cielo de Arizona*


Hace unos días, Juan cruzó la frontera con un grupo de coyotes. Desde entonces, ha estado caminando sin rumbo por el desierto, sin agua, sin comida y sin esperanza.

El sol abrasador le quemaba la piel y le hacía ver visiones. A veces creía ver un oasis o una carretera, pero cuando se acercaba se daba cuenta de que era solo una ilusión. Otras veces escuchaba voces que le llamaban o le amenazaban, pero cuando se giraba no había nadie. Juan estaba al borde de la locura.


Pero lo que le pasó esa noche fue algo que nunca olvidará. Después de caminar muchas horas bajo el sol, Juan se sintió exhausto y decidió buscar un lugar donde descansar. Vio un árbol frondoso que le ofrecía algo de sombra y se acercó a él. Se tumbó en el suelo y cerró los ojos, esperando que el sueño le aliviara el sufrimiento.


Lo que cuentan por ahí: Encuentro inesperado

Pero no pudo dormir mucho. De repente, sintió un zumbido extraño que le hizo abrir los ojos. Levantó la cabeza y vio unas luces en el cielo. Eran de varios colores y formas, y se movían de forma errática. Juan no sabía qué eran, pero a pesar de su incredulidad, pensó que podían ser objetos voladores extraterrestres.


Lo que cuentan por ahí: Encuentro inesperado

Juan sintió mucho miedo, pero al mismo tiempo emoción y curiosidad. Su corazón palpitaba rápidamente. Juan se acurrucó y se escondió detrás del árbol para ver qué era lo que estaba pasando.


Lo que vio a continuación fue algo increíble. Las luces se acercaron al suelo y se transformaron en naves espaciales. De ellas salieron unos seres extraños, con forma humanoide pero con rasgos diferentes. Tenían la piel grisácea, los ojos grandes y negros, las orejas puntiagudas y las manos con cuatro dedos. Llevaban unos trajes ajustados y brillantes, y unos cascos con antenas.


Lo que cuentan por ahí: Encuentro inesperado

Los seres se dispersaron por el desierto y empezaron a recoger muestras de rocas, plantas y animales. Algunos tenían unas pistolas que disparaban rayos láser. Otros tenían unas tabletas que les mostraban información. Parecían estar haciendo una investigación científica.


Juan no podía creer lo que estaba viendo. Se preguntaba si era un sueño o una realidad. Se preguntaba si debía salir de su escondite y tratar de comunicarse con ellos o si debía quedarse quieto y esperar a que se fueran. Se preguntaba si eran enemigos o amigos.

Continuará...


(*) Nota: Este es un cuento ficticio y su similitud a hechos reales es solo una coincidencia







Última Actualización: Febrero 21 2024