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Biden Planea Grandes Mejoras Para Los Inmigrantes

Votar Estando Fuera De Estados Unidos

Es un fracaso moral y una vergüenza nacional cuando un padre y su pequeña hija se ahogan llegando a nuestras costas. Cuando los niños están encerrados en centros de detención superpoblados y el gobierno busca mantenerlos allí indefinidamente. Cuando nuestro gobierno argumenta en la corte para no darle a esos niños cepillos de dientes y jabón. Cuando el presidente Trump utiliza la separación familiar como un arma contra madres, padres y niños desesperados que buscan seguridad y una vida mejor. Cuando amenaza con redadas masivas que separarían a familias que han estado en este país durante años y atacan a personas en lugares sensibles, como hospitales y escuelas. Cuando los niños mueren mientras están bajo custodia debido a la falta de atención adecuada.

Trump ha lanzado un ataque implacable contra nuestros valores y nuestra historia como una nación de inmigrantes.

Esto está mal y se detendrá cuando Joe Biden sea elegido presidente.

A menos que sus antepasados fueran nativos de estas costas, o esclavizados por la fuerza y traídos aquí como parte de nuestro pecado original como nación, la mayoría de los estadounidenses pueden rastrear su historia familiar hasta una decisión, una decisión de dejar atrás todo lo que le era familiar en busca de nuevas oportunidades y una nueva vida. Esa es una fuente irrefutable de nuestra fortaleza. Generaciones de inmigrantes han venido a este país con poco más que la ropa que llevan puesta, la esperanza en sus corazones y el deseo de reclamar su propio pedazo del sueño americano. Es la razón por la que constantemente hemos sido capaces de renovarnos, crecer como una nación que es mejor y más fuerte y enfrentar nuevos desafíos. La inmigración es esencial a lo que somos como nación, nuestros valores fundamentales y nuestras aspiraciones para nuestro futuro. Bajo una Administración Biden, nunca daremos la espalda a quienes somos o lo que nos hace únicos y orgullosamente estadounidenses. Los Estados Unidos merecen una política de inmigración que refleje nuestros más altos valores como nación.

Hoy, nuestro sistema de inmigración está bajo mayor estrés como resultado directo de las políticas equivocadas de Trump, ya que no ha invertido en tecnología fronteriza más inteligente que mejoraría nuestra revisión de la carga.

Su obsesión por construir un muro no hace nada para abordar los desafíos de seguridad mientras le cuesta a los contribuyentes miles de millones de dólares. La mayoría del contrabando llega a través de nuestros puertos legales de entrada. Se estima que casi la mitad de las personas indocumentadas que viven en los EE.UU. se han quedado luego de que se ha vencido su visa, no cruzaron la frontera ilegalmente. Las familias que huyen de la violencia en Centroamérica se están presentando voluntariamente ante los oficiales de la patrulla fronteriza. Y las amenazas reales a nuestra seguridad, los carteles de la droga y los traficantes de personas, pueden evadir más fácilmente los esfuerzos de aplicación de la ley porque Trump ha asignado indebidamente los recursos para intimidar a los solicitantes de asilo legítimos. Fundamentalmente, Trump no entiende cómo mantener a los Estados Unidos a salvo porque le importa más gobernar con el miedo y la división que las soluciones de sentido común.

Las políticas de Trump también son perjudiciales para nuestra economía. Durante generaciones, los inmigrantes han fortalecido nuestra ventaja competitiva más valiosa: nuestro espíritu de innovación y emprendimiento. Las investigaciones sugieren que “la contribución anual total de los trabajadores nacidos en el extranjero es de aproximadamente $2 billones”. Sectores clave de la economía de los Estados Unidos, desde la agricultura hasta la tecnología, dependen de la inmigración. Los inmigrantes en edad laboral mantienen nuestra economía en crecimiento, nuestras comunidades prosperan y el país avanza.

Los desafíos a los que nos enfrentamos no se resolverán con una “emergencia nacional” constitucionalmente dudosa para construir un muro, separando a las familias o negando el asilo a las personas que huyen de la persecución y la violencia. Lidiar con la crisis humanitaria creada por Trump en nuestra frontera, unir a nuestra nación, reafirmar nuestros valores fundamentales y reformar nuestro sistema de inmigración requerirá un liderazgo real y soluciones verdaderas. Biden está preparado para ofrecer ambos desde el primer día de su presidencia.

Como presidente, Biden aplicará con firmeza políticas que salvaguarden nuestra seguridad, provean un sistema justo y equitativo que ayude a crecer y mejorar nuestra economía, y asegure nuestros preciados valores. Él:



El compromiso de Biden con un sistema de inmigración justo y humano

Joe Biden comprende el dolor que sienten todas las familias de los EE.UU., a las que se ha removido a un ser querido del país, incluso bajo la administración Obama-Biden, y cree que debemos hacerlo mejor para poner en vigor nuestras leyes de manera humana y preservar la dignidad de las familias inmigrantes, los refugiados y solicitantes de asilo.

La Administración Obama-Biden apoyó firmemente la solución bipartidista de inmigración integral que aprobó el Senado en el 2013 y que habría colocado las políticas de inmigración de nuestro país en una posición mucho más fuerte. Cuando la Cámara de Representantes republicana se negó a incluso llevar ese proyecto de ley a votación, la Administración tomó medidas para cambiar fundamentalmente el curso de las políticas de inmigración de nuestra nación, ofreciendo alivio y estabilidad a cientos de miles de inmigrantes indocumentados que contribuyen a nuestras comunidades todos los días.

Como vicepresidente, Biden abogó por la creación y expansión del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés); el programa de Acción Diferida para Padres de los Estadounidenses (DAPA, por sus siglas en inglés); el programa de menores centroamericanos, que permitió a los padres con estatus legal en los EE.UU. presentar una solicitud para traer a sus hijos de América Central para que vivieran con ellos; y la creación de un grupo de trabajo de la Casa Blanca para apoyar a los nuevos estadounidenses y ayudarlos a integrarse en sus nuevos hogares y comunidades.

En una desviación de sus predecesores, la administración Obama-Biden tomó medidas para priorizar los recursos de aplicación de la ley en eliminar las amenazas a la seguridad nacional y la seguridad pública, no a las familias. También emitió unas guías diseñadas para poner fin a las redadas masivas en los lugares de trabajo y para evitar las actividades de aplicación de la ley en lugares sensibles como escuelas, hospitales y lugares de culto.

Críticamente, la administración Obama-Biden reconoció que la migración irregular de los países del Triángulo Norte de América Central no puede abordarse de manera efectiva si las soluciones solo se centran en nuestra frontera sur. La mejor respuesta radica en abordar las causas fundamentales que empujan a las personas desesperadas a huir de sus hogares en primer lugar: violencia e inseguridad, falta de oportunidades económicas y gobiernos corruptos. Como vicepresidente, Biden encabezó los esfuerzos de la administración en El Salvador, Guatemala y Honduras, atrayendo atención de alto nivel a estos problemas y asegurando apoyo bipartidista para un paquete de ayuda de $750 millones, con el fin de ayudar a los países del Triángulo Norte a implementar reformas críticas y concretas. Estos esfuerzos comenzaron a generar resultados y reducir las tasas de migración hasta que Trump congeló la mayoría de los fondos, comenzó su campaña para aterrorizar a los inmigrantes y atacar la dignidad de la comunidad latina, y creó la actual crisis humanitaria en nuestra frontera con sus políticas irresponsables e inhumanas.

Como presidente, Biden terminará el trabajo de construir un sistema de inmigración justo y humano, restaurando el progreso que Trump ha revertido cruelmente y llevándolo más lejos. Asegurará nuestra frontera, garantizando al mismo tiempo la dignidad de los migrantes y defendiendo su derecho legal a solicitar asilo. Hará cumplir nuestras leyes sin atacar a las comunidades, violar el debido proceso o separar a las familias. Se asegurará de que nuestros valores estén directamente en el centro de nuestras políticas de inmigración y seguridad.


Tomará medidas urgentes para deshacer el daño de Trump y recuperar los valores de los Estados Unidos

El próximo presidente deberá tomar medidas urgentes para poner fin a las políticas draconianas de la Administración Trump, basadas en el miedo y el racismo en lugar de los hechos, trabajar para sanar las heridas infligidas en las comunidades de inmigrantes y restaurar el liderazgo moral de los Estados Unidos. Como presidente, Biden actuará de inmediato para garantizar que los EE.UU. cumplan con sus responsabilidades tanto como una nación de leyes y como una nación de inmigrantes.

En los primeros 100 días, una Administración Biden:



Modernizará el sistema de inmigración de los Estados Unidos

Como presidente, Biden comprometerá un importante capital político para finalmente aprobar legislación para una reforma migratoria con el fin de garantizar que los Estados Unidos permanezcan abiertos y acojan a personas de todas partes del mundo, y para sacar de las sombras a personas trabajadoras que han enriquecido nuestras comunidades y nuestro país, en algunos casos durante décadas. Esto no solo preocupa a las comunidades latinas, sino que afecta a las familias de todos los orígenes y trasfondos. Hay aproximadamente 1.7 millones de inmigrantes indocumentados de Asia en los EE.UU., así como cientos de miles de personas de Europa, Medio Oriente, África y el Caribe. Biden inmediatamente comenzará a trabajar con el Congreso para modernizar nuestro sistema, con la prioridad de mantener a las familias unidas al proporcionar una hoja de ruta a la ciudadanía para casi 11 millones de inmigrantes indocumentados; haciendo crecer nuestra economía y expandiendo las oportunidades económicas en todo el país al mejorar y aumentar las oportunidades de inmigración legal; y preservar la antigua directiva de nuestro sistema de inmigración para reunir a las familias y aumentar nuestra diversidad.

Los inmigrantes son esenciales para la fortaleza de nuestro país y la economía de los Estados Unidos. Cuando los inmigrantes eligen venir a los Estados Unidos, aportan sus tradiciones y contribuciones únicas al rico tapiz cultural de nuestro país. También son un motor clave del crecimiento económico. La Oficina de Presupuesto del Congreso descubrió que la legislación integral de inmigración de 2013 habría aumentado, con el tiempo, el tamaño de la economía en más del 5 por ciento. Actualmente, no estamos aprovechando la capacidad de los Estados Unidos para atraer a los mejores y más brillantes trabajadores del mundo. Un sistema de inmigración moderno debe permitir que nuestra economía crezca, al tiempo que protege los derechos, los salarios y las condiciones de trabajo de todos los trabajadores, y pide cuentas a los empleadores si no cumplen con las reglas. Los derechos de los inmigrantes y los derechos de los trabajadores están profundamente conectados. Debemos asegurarnos de que todos los trabajadores estén protegidos, puedan unirse a un sindicato y puedan ejercer sus derechos laborales, independientemente de su estatus migratorio, para la seguridad de todos los trabajadores.

Joe Biden trabajará con el Congreso para aprobar legislación que:



Dará la bienvenida a los inmigrantes en nuestras comunidades

Los inmigrantes aportan un enorme valor económico, cultural y social a sus nuevas comunidades. Incluso en las ciudades afectadas por la pérdida de empleos en la manufactura, los inmigrantes son un motor clave del espíritu empresarial y el crecimiento de la población.

Según un informe de 2017 de la Nueva Economía Americana (“New American Economy”), de 2000 a 2015, los inmigrantes representaron el 49.7% de todo el crecimiento de la población en la región de los Grandes Lagos, más de 1.5 millones de personas, lo que ayudó a compensar los impactos del declive de la población en ciudades como Syracuse y Akron. Los inmigrantes están trayendo una nueva vida a las economías locales, iniciando negocios, pagando impuestos y gastando sus dólares en sus nuevas comunidades. El Center for American Progress ha estimado que los beneficiarios de DACA contribuirán con aproximadamente $460.300 millones al producto interno bruto nacional durante la próxima década. Los Estados Unidos necesitan retener el talento y el impulso de los “dreamers” criados en los Estados Unidos para asegurar esos beneficios para nuestra propia salud económica.

Es hora de que el gobierno federal escuche y aprenda de los municipios locales de todo el país que han construido comunidades y economías vibrantes e inclusivas mediante el desarrollo de políticas concretas y recomendaciones de programas de base para brindar oportunidades a los nuevos inmigrantes.

Como presidente, Biden:



Reafirmará el compromiso de los Estados Unidos con los solicitantes de asilo y los refugiados

Las políticas de la Administración Trump han creado un desastre humanitario en nuestra frontera y han administrado terriblemente mal los recursos sin precedentes que el Congreso le ha asignado. Trump ha desviado dinero para aterrorizar a las familias inmigrantes, incluso cuando las instalaciones del CBP en la frontera están desbordadas. Después de casi tres años, esta Administración todavía no tiene un plan coherente para la protección y el procesamiento de niños y familias. Los oficiales de CBP sobre el terreno, que no están capacitados ni equipados para este trabajo, están asumiendo una responsabilidad descomunal para manejar esta crisis. Y a través de sus políticas del Protocolo de Protección de Migrantes, Trump ha cerrado efectivamente nuestro país a los solicitantes de asilo, forzándolos a elegir entre esperar en situaciones peligrosas, vulnerables a la explotación por parte de los carteles y otras personas con malas intenciones, o arriesgarse a intentar cruzar entre los puertos de entrada. En otras palabras, las políticas de Trump en realidad están alentando a las personas a cruzar de manera irregular, en lugar de solicitar de manera legal, segura y ordenada en los puertos.

Como presidente, Biden:



Abordará las causas fundamentales de la migración

El peor lugar para lidiar con la migración irregular es en nuestra propia frontera. En lugar de trabajar en cooperación con los países de la región para manejar la crisis, el enfoque errático de Trump solo está empeorando las cosas. La mejor manera de resolver este desafío es abordar la violencia subyacente, la inestabilidad y la falta de oportunidades que obligan a las personas a abandonar sus hogares en los países del Triángulo Norte de El Salvador, Guatemala y Honduras, en primer lugar. Como vicepresidente, Biden fue el arquitecto de un importante programa de asistencia de los Estados Unidos para avanzar las reformas en Centroamérica y abordar los factores clave que impulsan la migración.

Como presidente, Biden adoptará una estrategia integral para fortalecer la seguridad y la prosperidad de América Central en una alianza con los pueblos de la región que:



Implementará una revisión efectiva en la frontera

Al igual que todas las naciones, los EE.UU. tienen el derecho y el deber de asegurar nuestras fronteras y proteger a nuestra gente contra las amenazas. Pero sabemos que los inmigrantes y las comunidades de inmigrantes no son una amenaza para nuestra seguridad, y el gobierno nunca debe usar la xenofobia o los tácticas de miedo para asustar a los votantes y obtener ventaja política. Es irresponsable y antiestadounidense. Construir un muro de un “mar radiante al otro” no es una solución política seria, es un desperdicio de dinero y desvía los recursos críticos de las amenazas reales. Hoy en día, es más probable que las drogas ilícitas pasen de contrabando a través de uno de los puertos de entrada legales de los Estados Unidos. Se esconden entre la carga comercial en camiones semi-remolque o en un compartimento oculto en un vehículo de pasajeros. Un muro no es un elemento disuasivo severo para las organizaciones criminales sofisticadas que emplean túneles fronterizos, buques semi-sumergibles y tecnología aérea para vencer las barreras físicas en la frontera, o incluso para personas con una sierra alternante.

Necesitamos políticas inteligentes y sensatas que realmente fortalezcan nuestra capacidad de detectar estas amenazas reales, al mejorar los procedimientos de detección en nuestros puertos legales de entrada e invertir en nuevas tecnologías. La frontera entre México y los Estados Unidos no debe ser tratada como una zona de guerra; debe ser un lugar donde la gobernanza y la cooperación efectiva entre nuestros dos países ayude a nuestras comunidades a prosperar y crecer juntas, facilitando el comercio y la conexión, y alimentando el intercambio de culturas e ideas.

Como presidente, Biden:









Última Actualización: Septiembre 01 de 2020
Fuente: www.joebiden.com/es

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