En el estado de Pensilvania, una familia del Reino Unido ha sido detenida en el centro de detención para familias inmigrantes del condado de Berks tras haber afirmado que por error cruzaron con su vehículo la frontera entre Estados Unidos y Canadá mientras se encontraban de vacaciones en la ciudad canadiense de Vancouver.
Eileen Connors y su familia, incluido su hijo de tres meses, fueron puestos bajo custodia estadounidense y trasladados a detención, donde están aguardando a ser deportados. En una declaración jurada, Connors describió las condiciones dentro de Berks como “gélidas” y “sucias”, y aseveró:
“Estaremos traumatizados por el resto de nuestras vidas por lo que el gobierno de Estados Unidos nos ha hecho […] Hemos sido tratados como criminales aquí, nos han mentido y despojado de nuestros derechos”.