El presidente Donald Trump viajó el miércoles 18 de septiembre a la frontera sur de Estados Unidos para destacar el gran avance de Estados Unidos en la construcción del sistema del muro fronterizo para detener la migración ilegal y el narcotráfico. El sistema del muro fronterizo forma parte de una serie de medidas de seguridad, políticas de asilo, e iniciativas regionales que han hecho que la entrada ilegal a los Estados Unidos sea más difícil que en cualquier otro momento de la historia.
Además de construir barreras físicas, Estados Unidos ha aumentado significativamente la detención y deportación de migrantes. En el año fiscal 2019, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) ha detenido a más de 811,000 extranjeros en la frontera sur de Estados Unidos, y el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) ha retornado a más de 250,000. También, ahora hay en la frontera más de 400 investigadores adicionales del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), especialmente entrenados para identificar fraude familiar y el contrabando de niños. Ellos ya han identificado miles de casos de unidades familiares fraudulentas. Estados Unidos también ha trabajado con los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador para agilizar el proceso de deportación de inmigrantes ilegales procedentes de estos países.
Bajo reglas recién revisadas, las personas que buscan asilo en la frontera de Estados Unidos ya no están autorizadas a entrar y permanecer en los Estados Unidos. Son traslados a México, donde deben esperar hasta que los llamen a sus audiencias en los tribunales de migración de los Estados Unidos. Además, para que los solicitantes puedan ser elegibles para recibir asilo en los Estados Unidos, deben haberlo solicitado en el primer país que cruzaron durante su viaje, y que se les haya negado. Quienes buscan asilo pueden esperar ser enviados a sus países de origen, o si se considera su solicitud, esperar fuera de los Estados Unidos durante las audiencias en los tribunales de migración de los Estados Unidos.
Estados Unidos se ha aliado con los gobiernos de la región para alcanzar el objetivo común de reducir la migración ilegal, y así abordar la crisis humanitaria y de seguridad en la frontera sur de Estados Unidos. México ha desplegado a más de 27,000 soldados para patrullar sus fronteras, y está rechazando a los migrantes que intentan entrar de manera ilegal. Estados Unidos también ha firmado una serie de acuerdos con Guatemala, incluyendo el Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA), y está discutiendo nuevos acuerdos con Honduras y El Salvador. Cuando el ACA entre en vigor en Guatemala, permitirá que Estados Unidos traslade a ciertos ciudadanos de terceros países que solicitan asilo u otras formas de protección en los Estados Unidos a Guatemala, para que se les adjudique su asilo u otras formas de protección allí. El presidente Trump expresó durante su visita a la frontera entre México y los Estados Unidos hoy: “quiero agradecerle… a Honduras, Guatemala y El Salvador. Los líderes de esos países realmente han estado trabajando fuertemente con nosotros”.
Estados Unidos ha reforzado su frontera sur y está aplicando sus leyes de migración. Todos aquellos que intenten entrar de manera ilegal a los Estados Unidos serán detenidos y deportados. Cada vez es más difícil cruzar de manera ilegal la frontera de los Estados Unidos.