Un informe de la cadena de noticias NBC da a conocer nuevas denuncias de maltrato y violencia sexual padecidos por menores migrantes en un centro de detención de Yuma, Arizona. En casi 30 testimonios recopilados por personal del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos a cargo de los casos, los menores se quejaron de pasar hambre, de tener que dormir en pisos de cemento o a la intemperie y de falta de acceso a instalaciones sanitarias básicas. Una joven de 15 años de edad declaró que un agente la había manoseado por debajo de la ropa en lo que supuestamente era un cacheo de rutina y que había bromeado con otros agentes mientras la hacía pasar por esa horrible experiencia.
El Gobierno de Donald Trump ha desmentido informes de abusos contra migrantes detenidos a pesar de las recientes visitas de congresistas a cárceles de migrantes y de las numerosas denuncias sobre abusos registradas por peritos judiciales y otros expertos. Trump sostuvo que los migrantes estaban “muy felices” y el secretario de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, dijo que las denuncias “no han sido corroboradas”. Legisladores demócratas convocaron a McAleenan para que brinde declaraciones acerca de las condiciones que enfrentan los migrantes encarcelados.
Por otra parte, un reciente informe de los periódicos The New York Times y El Paso Times detalla las pésimas condiciones que se viven actualmente en la estación de la Patrulla Fronteriza en Clint, Texas, donde cientos de menores migrantes se encuentran detenidos sin acceso a suficientes alimentos, agua, instalaciones sanitarias, camas o atención médica adecuada.
Agentes fronterizos denunciaron la propagación de “brotes de sarna, herpes y varicela” entre los menores. Un miembro del personal sostuvo que se le había ordenado sacar las camas de los menores para hacer más espacio en las superpobladas celdas. El centro de detención ha sido descrito por un experto que las visitó como una “cárcel de menores”.