En el sur del estado de Texas, en Estados Unidos, la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración informó que una bebé inmigrante que fue separada de su familia como parte de la política fronteriza de “tolerancia cero” del presidente Donald Trump, murió poco después de ser liberada del Centro de Detención Familiar Dilley.
La abogada residente en Houston Mana Yegani publicó en Twitter: “La niña murió después de su estadía en un centro de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas [ICE, por sus siglas en inglés], como resultado de una posible negligencia y de una enfermedad respiratoria que contrajo al contagiarse de uno de los otros menores internados”.
El año pasado, abogados de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y otros grupos demandaron al Servicio de Inmigración, alegando que había violado su propia política al detener a mujeres embarazadas en Dilley y en otros cuatro cárceles para inmigrantes.
Esta muerte se produjo en un momento en que alrededor de 700 menores que fueron separados por la fuerza de sus padres en la frontera sur de Estados Unidos aún no se han reunido con ellos.