En abril, el Instituto Cato dio a conocer un informe en el que propone un programa de visas a nivel de estado para expandir inmigración legal en USA. El estudio viene en el momento preciso cuando se está discutiendo reforma migratoria, pero con pocas perspectivas legislativas. El Congreso ha estado paralizado por polarización, embotellamiento, y obstrucción. Con las elecciones de mitad de mandato que vienen este otoño, ambas partes se conforman con el status hasta noviembre.
Para este fin, permitiendo a los estados tomar control de la política de inmigración sin la intervención del gobierno federal comenzaría a arreglar las deficiencias del sistema de inmigración de la nación. Los gobiernos estatales están en mejor posición de diseñar sistemas para los nuevos inmigrantes que satisfacen las demandas económicas locales.
Con las visas a nivel de estado, los gobiernos estatales y locales podrían trabajar con los empresarios para adaptar una estrategia de inmigración en su jurisdicción para cumplir con las demandas económicas. Según el plan, el gobierno federal renunciaría al control federal sobre las decisiones de visado.
El gobernador de Michigan, Rick Snyder, ha ofrecido su apoyo por el programa de visas regionales para inyectar nuevas oportunidades económicas en ciudades como Detroit. Algunos estados pueden optar por no emitir nuevas visas para su estado, y tienen todo el derecho de hacerlo. El punto es que esta decisión regionalizada permite a los estados competir económicamente. Si un Estado permite niveles altos de inmigración y desarrolla un crecimiento económico, sería un incentivo para otros estados.
Esta descentralización permite a cada estado determinar su estrategia migratoria. Algunos estados geográficamente similares, como Nueva Jersey, Nueva York y Connecticut, podrían formar una alianza para titulares de visados en la zona para buscar empleo dentro de sus tres fronteras. Otras asociaciones estatales se podrían formar para las temporadas agrícolas. Por ejemplo, los trabajadores invitados podían cultivar en California durante la primavera y el verano y luego ir a Washington para la temporada de otoño para ayudar en diferentes cultivos.
Algunos cuestionan los beneficios económicos de inmigración. Sin embargo, la evidencia abrumadora demuestra que los inmigrantes son un beneficio para la economía. Los inmigrantes son un 30 por ciento más probable de iniciar un negocio que los nativos. Inmigrantes o segunda generación de inmigrantes fundaron el 40 por ciento de las compañías en Fortune 500 en USA. Inmigrantes con grados universitarios son también más propensos a solicitar patentes que los nativos con educación similar. Por último, los inmigrantes ayudan a facilitar los vínculos comerciales y de inversión con sus países de origen. Todo estos beneficios para áreas tanto regionales como para la economía de USA.
Algunos pueden temer la implementación de un sistema de este tipo a nivel de estado por efectos adversos o consecuencias no deseadas. Pero tenga en cuenta que Canadá y Australia en la actualidad tienen visas de inmigración regionales. El informe destaca que el programa canadiense aceptó 38,000 inmigrantes nuevos en 2011. Una evaluación independiente del programa encontró que "la regionalización de los beneficios de la inmigración era un éxito", y que hay una "necesidad permanente" de este programa. En Australia, el programa aceptó más de 15,000 inmigrantes , y el 80 por ciento de los empresarios le dieron al programa un puntaje de 8 o superior de 10, de acuerdo con el Departamento de Inmigración y Protección de Fronteras de Australia.
Tanto republicanos como demócratas apoyan la inmigración legal. Visas a nivel regional dan a los estados la oportunidad de atraer nuevos residentes, fomentar el crecimiento económico y aumentar las oportunidades para la inmigración legal. Este plan promueve la flexibilidad de oferta de trabajo porque portadores de visas serían capaces de trabajar para cualquier empleador en un estado dado. Visas de Estado permitirían a los gobiernos estatales regular el control y el flujo de inmigración.