El Senado de EE.UU. ha aprobado la ley de reforma migratoria con 68 votos a favor y 32 en contra, según la agencia AP.
Tras casi un mes de debate, la aprobación abre la vía para la regularización y eventual ciudadanía de la población indocumentada, así como para el refuerzo de la seguridad en la frontera con México.
La propuesta legislativa fue apoyada por todos los demócratas, mayoritarios en la Cámara alta, y 14 senadores republicanos, resultado de negociaciones del ´Grupo de los ocho´- cuatro demócratas y cuatro republicanos-, que condicionaron la legalización de los indocumentados a la seguridad fronteriza.
El proyecto queda ahora en manos de la Cámara de Representantes.
El proyecto de ley migratoria prevé asignar 21.000 efectivos más para que vigilen la frontera sur, lo que significa que su número total llegará a unas 40.000 personas.
Estipula, además, recurrir al uso de radares, drones y aparatos tripulados y finalizar la construcción de la valla 'defensiva' entre los dos países. Estos cambios costarán entre 40.000 millones y 50.000 millones de dólares al presupuesto estadounidense, frente a los 6.500 millones que se planeaban invertir inicialmente.
Al mismo tiempo si es aprobada por la Cámara baja y firmada por el presidente, la ley legalizará a muchos de los 11 millones de indocumentados que residen en el país.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso de EE.UU. (CBO, por sus siglas en inglés), la reforma migratoria, una vez en vigor, reducirá el déficit del presupuesto estatal en unos 900.000 millones de dólares para 2033 gracias al aumento del número de personas que empezarán a trabajar legalmente, con lo cual empezará a pagar impuestos e invertir sus ganancias, elevando además la productividad en general.