Pórtland, Julio del 2005
¿Harvard o Yale? ¿Yale o Harvard? ¿Cuál será? Hasta hace poco tiempo, muchos estudiantes extranjeros interesados en estudiar en Estados Unidos consideraban esta interrogante de manera así simple. Con todo, aunque Yale y Harvard sean las universidades más famosas de Estados Unidos, son las más difíciles para ingresar, porque con docenas de solicitantes por cada puesto disponible pueden darse el lujo de escoger a su gusto y además están también entre las más costosas, hasta 40.000 dólares por año.
Sin embargo, y a pesar de su fama, son solamente dos entre miles de excelentes planteles de educación en Estados Unidos; una constelación de universidades y colegios de cuatro años de estudio y colegios comunitarios con programas de dos años. Muchas de estas instituciones de educación superior tienen facultades iguales o superiores a sus rivales más famosas; hecho que lo confirma un estudio reciente del diario The Times de Londres que indica que siete de las 10 mejores universidades en el mundo están en Estados Unidos.
La gran cantidad de planteles que existe es una de las primeras sorpresas para muchos estudiantes. La mayoría de los países tienen unas pocas universidades, o al menos pocas docenas, y no todas ofrecen educación de alta calidad. En contraste, Estados Unidos, según el Consejo de Acreditación de Altos Estudios, tiene más de 6.500 instituciones de educación superior, incluyendo muchos colegios comunitarios o centros universitarios básicos con programas de dos años, que ofrecen cursos de alta calidad en todos los campos académicos, desde contabilidad hasta zoología.
Otra diferencia entre Estados Unidos y la mayoría de otros países es el elevado grado de descentralización del sistema estadounidense. Ninguna universidad es administrada por el gobierno federal de Estados Unidos, fuera de las academias militares. Muchas pertenecen y son administradas por los gobiernos estatales; hay un mayor número de universidades privadas. Todas ellas ofrecen posibilidades para los estudiantes que estén dispuestos a buscar más allá de lo común.
¿Cuántos estudiantes han considerado asistir a la Universidad de California en Davis, o a la Universidad de Washington? Ambos son planteles estatales en gran estima y poco conocidos en el exterior que, sin embargo ofrecen excelentes títulos en varios campos. ¿Quién piensa en asistir a la Universidad Slippery Rock en Pennsylvania, o al Deep Springs College? Este último tiene un programa intensivo de cuatro años, pocas docenas de estudiantes y está ubicado en un rincón remoto de las montañas de la Sierra Nevada en California. Sus estudiantes crían ganado y cultivan gran parte de sus alimentos. Hay universidades que no otorgan títulos y hay por lo menos una que no cobra derechos de matrícula, todos los estudiantes trabajan para la universidad.
Aunque pocos de estos planteles pueden ofrecer títulos de categoría internacional en casi todas las materias, la mayoría puede ofrecer algunas ventajas especiales. La facultad de economía de la Universidad de Chicago es legendaria entre los economistas, se precia de tener 10 ganadores del premio Nobel. Casi uno de cada cinco de todos los premios Nobel de economía ha sido otorgado a autoridades en la materia que hicieron sus investigaciones allí. La Universidad Embry Riddle, en Prescott, Arizona, ofrece un título en ingeniería aeroespacial que algunos consideran el mejor del mundo. El pequeño Reed College, en Portland, Oregon, se encuentra entre los planteles más altamente calificados de Estados Unidos, con una facultad de matemáticas de categoría mundial.
"Existen ejemplos de prácticamente todo tipo de institución de educación superior para todo tipo de estudiante", dice Phillip Ives, funcionario de la Oficina de Programas de Educación Mundial del Departamento de Estado de Estados Unidos. "Toda esta cuestión de la amplitud, la profundidad y la diversidad es la clave de la calidad del sistema de educación superior estadounidense".
Parte de esa amplitud y profundidad proviene de una filosofía que pocos países han comenzado a explorar. En muchos países, las universidades ofrecen programas de tres años limitados casi exclusivamente al campo principal de especialización del estudiante. Los estudiantes de ingeniería siguen un programa compuesto casi en su totalidad de clases ingeniería o estrechamente relacionadas con ésta. Los estudiantes de literatura no se desvían mucho de esa materia. En contraste, las universidades estadounidenses ponen el "universo" dentro de la universidad, insisten en que los estudiantes obtengan una educación general amplia, además de sus estudios especializados. Si uno quiere especializarse en ingeniería debe tomar también literatura e historia. Los estudiantes de literatura deben tomar uno o dos cursos en ciencias y matemáticas. Los estudiantes de matemáticas toman filosofía y quizá un curso de arte de hablar en público.
El resultado es que, aunque los estudiantes que asisten a universidades en otros países pueden graduarse con más clases en su campo de estudio, es posible que aprendan poco más. No logran el contexto social y cultural más amplio en el que trabajarán más tarde y quizá no estén suficientemente preparados para las carreras que ofrece un mundo en cambio permanente. Dada la creciente rapidez con que surgen las tecnologías nuevas, el estudiante de computación, con algunos antecedentes en filosofía y física, quizá se halle mejor preparado para explorar nuevos campos de trabajo que el estudiante que no se aventura fuera del campo básico de sus estudios. Los estudiantes estadounidenses que desean mayor especialización pueden completar un programa de maestría de un año concentrándose solamente en su campo principal de estudios. Ello da lugar a lo mejor de ambos mundos, una formación amplia y una comprensión profunda de un campo especial.
Los estudios en el exterior no son para todos, desde luego. No todo el que desea ingresar a uno de los planteles de Estados Unidos es aceptado; son costosos y es difícil obtener ayuda financiera para los estudiantes extranjeros. Las pautas para el ingreso pueden ser muy elevadas, especialmente en las instituciones mejor conocidas. Los estudiantes prudentes presentan su solicitud de ingreso en varias universidades simultáneamente. Además, a medida que el gobierno estadounidense examine su política tradicional de puertas abiertas por la necesidad de frenar el terrorismo, ya no será tan fácil obtener el visado para estudiantes como en el pasado. De hecho, el número de estudiantes extranjeros que viene a Estados Unidos ha disminuido ligeramente en cada uno de los últimos dos años con estadísticas completas. El número de estudiantes bajó 2,4 por ciento en 2002-2003, el último año sobre el cual hay cifras sólidas.
No obstante, esa tendencia puede estar cambiando, puesto que el número de visados de estudiante expedidos durante la primera mitad de 2003 indica un aumento substancial con respecto al mismo período en 2002. Los funcionarios estadounidenses han expresado confianza en que el número de estudiantes extranjeros en los planteles estadounidenses aumentará nuevamente. Incluso con la ligera disminución más de 570.000 estudiantes extranjeros se encuentran en Estados Unidos. El mayor número de ellos, unos 80.000 vienen de la India. Lo que es interesante es que entre los cinco países que envía el mayor número de estudiantes a universidades estadounidenses Canadá es el único país no asiático.
¿Adónde van estos estudiantes? El plantel con el mayor número de estudiantes del exterior es la Universidad del Sur de California, más de 6.600. (Harvard ocupa el 18vo. lugar con 3.400 y Yale no está entre las primeros 25). El estado de California recibe el mayor número de estudiantes extranjeros de todos los estados, 77.000. Los 52.000 estudiantes que hay en el área de Nueva York hacen de ésta la ciudad de destino más popular entre los estudiantes extranjeros. "Hay instituciones y programas que responden perfectamente a las necesidades y antecedentes de cada estudiante", dice el funcionario del Departamento de Estado, Phillip Ives.