Un Estados Unidos de blancos “puros” , no de blancos de mezclas...
Por:José María Rodríguez González
Donald Trump no es un individuo aislado. Es el líder del Partido Republicano que lo llevó al poder a través del Colegio Electoral para que realizara todos los sueños de la ultraderecha conservadora de Estados Unidos. Los millones de fieles seguidores de Trump existen solamente mientras él satisfaga su apetito contra los inmigrantes pobres, los derechos biológicos de las mujeres, la identidad de género, el apoderamiento de las economías en desarrollo, la imposición de la fuerza y el autoritarismo como estilos de gobierno, el odio a los extranjeros, a los negros a los árabes, a los asiáticos y a los hispanos y el escudarse en la religión para justificar todos los abusos y ambiciones malsanas.
Trump es solamente la voz de millones de estadounidenses que han vivido en la nostalgia del imperialismo yanqui, lo que el equipo ultraconservador de Trump llama con elegancia MAGA (Make América Great Again) y que simple y llanamente es el cliché del llamado Imperialismo Yanqui. (En español “maga” infiere desde caricaturas hasta charlatanes, ilusionistas, magos baratos, y a eso se ha reducido la Casa Blanca).
Trump es sólo la temporaria cara nueva de la misma vieja y contraproducente política exigida por millones de estadounidenses tercos. Es esa política nociva la que requiere confrontación, no Trump.
América [Central y Suramérica] para los Americanos [Estados Unidos].
Make America [Estados Unidos] Great Again, MAGA, es la somática del neo-imperialismo yanqui
El llamado imperialismo yanqui nunca ha sido un amigo de América Latina, sino su explotador, el que la U.S.A. y la abusa de acuerdo con sus ambiciones y poder.
Un resabiado objetivo de MAGA es imponerse otra vez sobre América Latina, y con su oportunismo de última hora adherirse a la lucha por el derrocamiento de Maduro.
El Estados Unidos de MAGA quiere aparecer como el que salva a América Latina de Maduro, cuando ha sido el esfuerzo tenaz de países como Colombia y el Grupo de Lima el que ha puesto al gobierno de Maduro en sus últimos suspiros. La caída de Maduro debe ser una victoria de los venezolanos y de Latinoamérica no del oportunismo petrolero de MAGA.
Si no se agradece la ayuda al tiempo que se rechace la avaricia y la entrada por la puerta de atrás de MAGA, entonces, al final los países latinoamericanos quedarán como incapaces de determinar su propio destino y sin poderse liberar de subyugarse a su “Salvador” Estados Unidos.
En artículo anterior se nota cómo votar por el peor candidato Demócrata es para América Latina mil veces mucho más beneficioso que votar por el más apetecido de los candidatos Republicanos. Las consecuencias de elegir a Trump lo prueba.
Ahora, hay que anotar que no ponerle los puntos sobre las ies a los Estados Unidos en Venezuela es abrirle las puertas a un rancio y anacrónico imperialismo yanqui que le ha costado sangre, dolor y miseria a toda Latinoamérica. Quien no estudia la historia está condenado a repetirla.
Los Estados Unidos de MAGA no está abriéndole sus brazos a América Latina, está mostrándole sus garras.