El gobierno del presidente Donald Trump anuló una política que exime a las mujeres embarazadas de ser encarceladas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).
El Servicio de Inmigración anunció que bajo la nueva política, los agentes decidirán si liberar a las mujeres embarazadas según cada caso particular y que liberarán a la mayoría de las que estén cursando su tercer trimestre.
En una declaración, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por su sigla en inglés) dijo que el Servicio de Inmigración debe tender a tener más transparencia y voluntad de rendir cuentas, no menos, y agregó: “Esta nueva política refleja aún más la crueldad de la fuerza de detención y deportación de Trump, al poner en peligro las vidas de las inmigrantes embarazadas”.
Según los defensores de los derechos de las inmigrantes, muchas mujeres entran a Estados Unidos para escapar de la violencia doméstica, y muchas afirman haber quedado embarazadas tras sufrir una violación o agresión sexual.